Este Domingo 1 de Marzo esquio como un recienprometido. Y pese a la niebla y la nevada, no se me da mal. Sigo atreviendome a escupir nieve entre pinos, a bajar por donde no hay huellas y a jugarme las rodillas en cada giro y cada salto. Pero me divierto y disfruto como un niño. Mi prometida espera en la cafetería donde la he dejado mirando su mano izquierda.